¿Te gustaría conocer y enseñar un método para reconocer los períodos fértiles de la mujer con enorme fiabilidad?

El método diseñado por el matrimonio Billings (en la foto) permite a la mujer conocer sus períodos fértiles e infértiles. Esto se puede usar para facilitar el tener hijos o para evitarlo, y también detecta si hay anomalías en el ciclo que provoquen su infertilidad.
Sería un buenísimo servicio contar en cada zona con monitores o equipos capaces de enseñar el método Billings a los matrimonios, incluso a los que se se van a casar. El reconocimiento de los períodos fértiles es algo que toda mujer podría saber, para conocer mejor las señales que le da su propio cuerpo. Las escuelas de enfermería y las facultades de medicina y farmacia católicas harían muy bien en que sus alumnos salieran con conocimiento suficiente para ser monitores del método Billings. Incluso sería interesante que en centros de bachillerato católicos se enseñara, acompañado de una adecuada formación afectivo-sexual como la que dan los programas "Aprendamos a Amar" o el "Teen-Star". Muchos hablan hoy de "empoderamiento" de la mujer; sin embargo, se olvida poner a disposición de las mujeres este conocimiento que hoy tenemos, y que les permite saber con gran fiabilidad si estén en un día fértil o infértil.
El matrimonio Billings
Muy atrás quedan los métodos basados en el calendario, que sólo sirven para ciclos regulares -muchas mujeres no los tienen-, o en la temperatura, que da muchos fallos. El método Billigs consiste en reconocer la fluidez de la mucosidad del cérvix uterino cada día, y por eso permite conocer la fertilidad cada día, aunque el ciclo sea irregular. Sirve para mujeres con ciclos regulares e irregulares, y una vez conocido es tan fácil de seguir, que ha tenido éxito tanto en mujeres con buen nivel de estudios como muy bajo, incluso en lugares como la selva americana o las zonas rurales de China.

En China, precisamente, se estudió comparándolo con el DIU y se vio que su fiabilidad para evitar tener hijos era superior a la de éste, además de ser lógicamente mucho más seguro que ponerse un cuerpo extraño en el útero u hormonarse continuamente. Por supuesto, no tiene los problemas éticos del DIU e incluso la píldora, que pueden ser abortivos. Tampoco supone una ruptura de la esencia de la entrega sexual, como ocurre con los anticonceptivos, pues respeta la fertilidad -mucha, poca o ninguna- que la pareja tiene en el momento en que realiza el acto sexual. 

Es más, quienes han empezado a usarlo y han dejado atrás la experiencia de los anticonceptivos, comentan que ha existido un antes y un después en su relación sexual, amorosa, y a veces también en su actitud hacia la fertilidad. Muchos, al vivir una sexualidad con una entrega total, sin reservas anticonceptivas, han purificado su concepción de la vida en familia y han decidido que estaban negándose injustificadamente a tener más hijos. Dejar los anticonceptivos a menudo provoca también una caída de la mentalidad anticonceptiva, y los esposos deciden abrirse a la vida. No es de extrañar: cuerpo y alma son en nosotros una unidad indivisible, y la purificación del acto sexual purifica también la actitud en el matrimonio, en la familia. Es seguro que muchos problemas matrimoniales y familiares son derivados del uso de antioconceptivos, que sin darnos cuenta introducen un elemento extraño y negativo en nuestra relación familiar.

En el archivo enlazado AQUÍ se aporta información sobre un buen curso de monitores del método Billings. Se trata de formar formadores. Incluso es un servicio con el que luego, los formadores podrían tener una consulta remunerada, o añadirla a su cartera de servicios en el caso de los profesionales sanitarios. O bien ponerla a dosposición de su diócesis o centro educativo. Necesitamos monitores, ¡Anímate! ¡Pregúntale al Señor si quiere que tú seas uno/a!

Emilio Alegre
Farmacéutico

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